miércoles, 30 de septiembre de 2009

Cuidando mi reputación


Ayer twittée: "Por fin un día tranquilo, tengo que trabajar pero al menos no tengo que manejar". Y una amiga me puso en evidencia frente a todos mis followers:

-"@Dada13 siempre se queja de tener que trabajar".

Me hizo reir mucho y sonrojar un poco. No sabía que responder para reivindicarme, pues nunca me había dado cuenta de que fuera un lamento recurrente. Entonces le respondí:

-"Es que ya no es tan divertido como antes ;)".

Y es cierto. Si he expresado incomodidad no es porque sea floja. Tampoco porque me moleste lo que hago ahora. Sin embargo, antes era mucho más sencillo y divertido. Horario, lugar y métodos conocidos. Todo estaba puesto para hacer el trabajo cómodamente. Un gran escritorio, un equipo, colaboradores, es decir, toda la infraestructura de una enorme empresa respaldándome. Ahora yo tengo que encontrarme el tiempo de trabajar (que generalmente es de 6,00 a.m. a la hora que despierte mi bebé-ya-casi-niño, en la hora de su siesta, y de las 9,oo p.m. que se duerme hasta donde mi pobre cuerpo aguante).

Ya no tengo compañeros de trabajo con los cuales comentar los últimos acontecimientos de cualquier tema, ni voy a eventos, ni tengo un escritorio. Mi lugar de tabajo en mi mesa del antecomedor, y mis salidas se limitan a ir a dejar recibos, para lo cual hay que dar mínimo 4 vueltas a la ciudad pues tengo que ir a dejar a mi niño a algún lado para que me lo cuiden en lo que yo visito corporativos.

Y a pesar de la letanía anterior, reitero que no me estoy quejando. A cambio estoy con mi niño todo el día, no tengo que sufrir las peores horas de tráfico, ni vivo con el temor de quedar atrapada en Santa Fe por alguna inundación o caos vial. Me alimento de comida casera (mucho más sana y rica que el del comedor de una empresa o de un restaurante) y he aprendido muchas artes hogareñas.

En fin, este post tampoco es para glorificar la vida freelancera. Sólo intentaba limpiar un poco mi reputación virtual, que de pronto se me olvida que es casi hasta más importante que la real.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Si pudiera regresar el tiempo...


Últimamente he reflexionado exhaustivamente acerca de mi relación con el trabajo. Igual que cuando tuve que elegir mi disciplina (soy la típica universitaria que escogió Comunicación porque tenía un amplio abanico de opciones), nunca he visto la trayectoria laboral como un camino lineal y evidente.
Habiendo desempeñado múltiples funciones y puestos, e involucrándome en temas increíblemente variados, de mi experiencia han resultado gratas sorpresas. Vaya, no puedo decir que no he tenido mi ración de tropiezos y tragos amargos (vaya si los he tenido), pero al final he logrado sortear los obstáculos y los proyectos en los que he participado siempre han arrojado resultados gratificantes. Aún así, hay varias cosas que sé ahora que me hubiera gustado saber antes.
Si pudiera regresar el tiempo y darme algunos consejos a mí misma al inicio de la carrera, serían los siguientes:
1) Busca actividades y temas que te apasionen y vayan de acuerdo al momento de la vida que estás pasando - no hay nada peor que dedicar en algo con lo que una no se identifica, sobretodo cuando pasamos mucho tiempo en eso.
2) Nunca antepongas el trabajo a tu salud- tengo un dedo meñique chueco que siempre me recordará que hubiera sido mejor que me entablillaran toda la mano a ser "100%" productiva en un cierre editorial.
3) Toma los comentarios sobre tu trabajo con inteligencia emocional. - Antes de reaccionar de manera sentimental, respira profundo para responder de manera civilizada sin dejar de defender tu punto.
4) Nunca aceptes ambientes o condiciones laborales con las que no estés de acuerdo- sobretodo al estar "de planta" en una oficina, el lugar, la gente y influyen mucho en nuestro bienestar personal.

Y bueno, nunca es tarde para aplicar lo aprendido, así que ahora como freelance sigo elucubrando cómo crear la relación ideal con el trabajo. ¿Algunas ideas?

jueves, 24 de septiembre de 2009

T-r-e-i-n-t-a-y-t-r-e-s



Acabo de celebrar mi cumpleaños 33. Mi hermano mayor, en medio de una mini reunión que hice sólo con los familiares más allegados, me preguntó en un susurro casi inaudible "¿Cumples 33, verdad?". Le respondí en voz alta "Sí, cumplo TREINTA Y TRES", y alcancé a ver su gesto de incredulidad ante tal sinceridad y falta de tapujos.
Existe un estigma alrededor de la edad de las mujeres, como si entre más años hubiéramos vivido, perdiéramos algún tipo de valor. Recuerdo que cuando estaba en la universidad escuché horrorizada al amigo-del-novio-de-una-amiga decir que tener una novia de más de 25 era demodé . En otra ocasión una jefa que tuve me contó que su padre, desde que se divorció de su madre, tenía la costumbre de terminar con todas sus esposas (que han sido más de tres) cuando ellas llegaban a los 27 años.
Hay quien me regaña por decir mi edad. Aseguran que ahora no me molesta que los demás sepan cuántos años tengo, pero que en algún momento sucederá, y que si la gente tiene buena memoria, después me será imposible mentir. Jamás me ha preocupado aparentar ni más ni menos edad. Creo firmemente en el valor de cada etapa de la vida, y no encuentro razón para estar añorando el futuro ni suspirando por el pasado.
Curiosamente en medio de esta reflexión cumpleañera me encontré con esta nota, que marca episodios puntuales de la vida de las mujeres relacionados con los éxitos que han tenido. No sé cuántas féminas hayan utilizado de muestra para su estudio, pero me parece curioso que no me identifico con ninguno de los resultados que arrojó. Yo tuve la "crisis de los 30"a los 28, misma que terminó exactamente el día que cumplí 29. No puedo identificar un momento específico como "la cúspide de mi carrera", y con mis 33 años mis finanzas están peor que nunca en mi vida independiente. ¿Seré una rara? ¿Voy un año desfasada de las demás? ¿Significa eso que mi economía mejorará considerablemente a los 34? ¡Ojalá! Por lo pronto sigo esperando el momento ideal para hacer un festejo en grande, no lo hice a los 30, tampoco a los 33... ¿sucederá a los 35?

martes, 22 de septiembre de 2009

Tanto que disfrutar, poco tiempo para hacerlo.


Anoche vi la grabación de la entrega de los premios Emmy. De no ser por mi adorado TiVo, me la hubiera perdido. Muchos de los shows nominados no los conocía, no sólo porque no los pasan en nuestro país, sino porque además uno no puede ver TODO lo que hay en la televisión. Pero independientemente de que no soy tan adicta a ninguna serie me di cuenta que, los programas de los que sí soy fanática, hace mucho tiempo que dejé de verlos. De hecho, de no ser por esa maravilloso aparato digital o por los box set en DVD, no conocería ni de la quinta parte de los programas que puedo ver en los ratitos que me quedan libres (y además con la maravillosa ventaja de darle fast forward a los anuncios). Eso me recordó una conversación con amigos el fin de semana, en donde una parte del grupo apoyaba la idea de que la tendencia es a enterarse por 'flashazos' o de una manera superficial de lo que pasa en el mundo (noticias, libros, música, cine, reportajes, blogs, etc.). Otros asegurábamos que siempre hay tiempo de profundizar en lo que a uno le interesa.
Reconozco que yo también he sentido una gran angustia al toparme con referencias a temas de lo que nos gustaría indagar más, que me abruma la cantidad de información disponible en cualquier formato, que siento constantemente rebasada mi capacidad de dedicarles atención, que me afecta el bombardeo de mensajes que llegan por todos lados, pero siempre hay los temas favoritos para los que sí nos hacemos tiempo.Todo es cuestión de buscar momentitos... además ¿no es para eso que existen las herramientas tecnológicas como los podcasts, o los celulares con acceso a internet?