lunes, 7 de octubre de 2013

5 tips para nunca dejar del lado el profesionalismo



Publicado también en el blog En tus zapatos

Ser mamá y profesionista al mismo tiempo es muy complicado. Se trata de barajar responsabilidades igual de importantes pero muy distintas entre ellas, y siempre queremos dar la mejor versión de nosotras en ambos lados. El problema es que a veces nos puede ganar el lado sentimental y corremos el riesgo de empezar a incumplir en el trabajo por el contundente hecho de que somos madres. Aquí te dejamos cinco consejos básicos para que no te pase eso (y tu carrera no peligre).

Organízate – Suena obvio pero la verdad es que no siempre lo hacemos con suficientes precauciones. Cuando se tienen hijos salen muchos imprevistos que hay que saber remediar con un “Plan B” de inmediato. Así que tus itinerarios diarios deben contar con esa alternativa (y a veces con otra más también) para evitar que cualquier asunto maternal complique el desempeño laboral. También debes apuntar absolutamente todo. La memoria nos falla mucho a aquellas que tenemos hijos y la de papel es infalible.

No pongas a tus hijos como excusa – Y no solo ante tus jefes o colaboradores, sino también para ti misma. Sí, eres mamá, tienes más cosas en qué pensar y que resolver que antes de tener hijos, pero el trabajo es punto y aparte. Quizás para lograr metas más altas tendrás que levantarte (mucho) más temprano, desvelarte (más) y dar muchas vueltas a la ciudad, por poner algunos ejemplos, pero ese es el precio para poder seguir una carrera y no convertirte en una ama de casa de los años 60.

Apóyate de todo el que puedas- Marido, mamá, suegra, nana, vecinos… para eso la sociedad está organizada en familia y comunidades, y para eso existen expertas a las que puedes contratar para casos de emergencia. Tu trabajo es tan importante como el de tu marido, así que también pueden turnarse para resolver imprevistos y que no seas solo tú quien tenga que llegar tarde o pedir permisos.

Luce como profesionista, no como mamá: Está bien que no puedas andar de tacones de aquí para allá cargando bebé y pañalera, pero lleva siempre contigo tus zapatillas para usarlas cuando estés en el trabajo. Lo mismo con la ropa: si necesitas cargar una prenda extra en el coche por aquello de los accidentes, hazlo. Además carga un pequeño neceser en tu auto con aquello que más te sirva para refrescarte y verte siempre bien.

No te olvides del manicure: Las manos son una importante carta de presentación, y suelen arruinarse con el trabajo de casa que se incrementa al tener niños. Agenda tu cita para que te las arreglen una vez a la semana, y cúmplela religiosamente.

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